lunes, 23 de septiembre de 2019

ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Y ANÁLISIS-PRÁCTICA 2

La segunda entrada de mi blog pretende establecer una pequeña reflexión en torno al tema de la motivación en el aula por parte del profesorado. A continuación, expongo brevemente las conclusiones a las que llegamos mi grupo de trabajo y yo tras leer una serie de artículos y poner ideas en común.

En primer lugar, consideramos que los centros españoles deberían incrementar el número de psicólogos. Frente al sistema educativo finlandés que cuenta con tres psicólogos y un trabajador social por centro, en España esa cifra se reduce a un psicólogo por cada tres centros. Si tenemos en cuenta que cada alumno es diferente y requiere de unas necesidades específicas en función de su capacidad, también es razonable pensar que un mayor número de expertos en orientación educativa permitiría estudiar ampliamente la situación particular de cada niño con el fin de adaptarse a sus circunstancias académicas y vitales.

Por otro lado, creemos que parte de la motivación que el profesor debe transmitir a los alumnos se basa en hacer partícipes a los mismos dentro del aula. Así, frente a los trabajos individuales, una buena forma de incentivar al alumno es aumentar el número de tareas colectivas. Estas intensifican el  sentimiento de pertenencia a la comunidad educativa y, por otra parte, fomentan el compañerismo y la amistad (algo muy necesario para crear motivación).

Además, consideramos que el profesor debería utilizar otro tipo de herramientas a la hora de enfrentare a una clase. Junto al libro de texto tradicional, que con frecuencia causa una profunda apatía en el alumno, podrían combinarse otro tipo de instrumentos visuales o auditivos, mucho más atractivos e incluso entretenidos en los momentos de distracción, como pueden ser una película, un vídeo, una imagen o una noticia. 

Asimismo, tampoco estaría de más que el alumno aportase los conocimientos que él mismo ha ido obteniendo fruto del trabajo y el esfuerzo personal. Para ello, este puede realizar trabajos relacionados con sus gustos personales o con los temas que más le motiven, entrando muy en juego en este apartado el aspecto de la creatividad.

De igual forma, frente a las tutorías colectivas en las que se ponen en común los problemas del grupo en general, el profesor debería propiciar la comunicación con cada uno de sus alumnos, mediante  tutorías particulares que permitiesen determinar el perfil de cada estudiante con el fin de adaptarse mejor a su situación.

Por último, un aspecto que bajo nuestro punto de vista influye en la motivación son las tareas escolares. Si un alumno tiene muchos deberes y estos además son difíciles y exigen la presencia de una ayuda extra para realizarlos (bien sea un profesor particular, un padre o cualquier otro apoyo), se pierde interés en la materia y lejos de disfrutar de la asignatura en cuestión, esta se convertirá en una obligación que se observe con desidia y desgana. Por este motivo, los deberes deben ser adecuados al nivel de las clases, asequibles y a la hora de evaluar la tarea, el refuerzo siempre debe ser positivo (se deben premiar las cosas bien hechas aunque también se anoten los aspectos a mejorar por medio de una crítica constructiva).

Aquí adjunto el enlace de un vídeo que he visto y que también recoge parte de las ideas que estuvimos debatiendo en esta actividad. https://www.youtube.com/watch?v=3vEYQrMYCmc