Educar en casa
En esta práctica voy a
intentar establecer una pequeña argumentación en torno a las ventajas y
desventajas de educar en casa. Para ello, voy a partir de un vídeo que vimos en
clase.
En primer lugar, he de
decir que yo nunca he sido partidaria de la educación en casa, pues considero
que una buena parte de la educación se basa en la socialización con nuestros
iguales o semejantes. Precisamente es esa la parte que más en falta he echado
al visualizar este corto. Los niños que aparecen en él pasan muchas horas en su
hogar, pero no tienen la posibilidad de vivir experiencias con otros niños,
algo, desde mi punto de vista, muy necesario para crecer tanto en el ámbito
personal como profesional (pues en un trabajo siempre será necesario colaborar
conjuntamente o al menos tener cierta relación con los compañeros).
En segundo lugar, considero
que la labor que realizan los docentes en los centros nunca podrá ser suplida
por un padre o tutor, tal y como se muestra en el vídeo. Los padres pueden
ayudar en las tareas y en algunas de las dificultades del aprendizaje, pero no
pueden asumir la carga que le corresponde al profesor. Además, la relación con
un padre o madre por parte de un hijo jamás será la misma que la que se
establezca con un profesor. El docente, en cierto modo, actúa desde las
primeras etapas de la vida como un guía fuera del entorno familiar, algo que
traducido al futuro profesional equivaldría a la presencia de un jefe o
superior. Por lo tanto, omitir esta aparente relación de “jerarquía” podría
traer consecuencias negativas e irreparables.
Por otra parte, otro de
los comentarios que entró en debate en el aula y que me resulta llamativo es el
hecho de que los niños educados en casa nunca tendrán la oportunidad de
experimentar el fracaso. Es cierto. Muchos de nuestros primeros “golpes” o de
las anécdotas de fracaso suelen estar relacionadas con los estudios (el
suspenso en una materia difícil o no deseada o la rivalidad a la hora de
conseguir la mejor nota). Suprimir la oportunidad de enfrentarse a la vida es,
a mi juicio, algo contraproducente y a larga, perjudicial.
Asimismo, hay que tener
en cuenta que educar en casa conlleva realizar gran número de horas en el mismo
lugar. Si nos fijamos en el vídeo, podemos observar que la casa en la que viven
los niños se ha transformado en una especie de colegio con estancias para
dormir. El mobiliario y las habitaciones se asemejan a un centro escolar.
Considero que algo importante en la rutina de un niño empieza por distinguir
cada espacio, partiendo de que el domicilio se corresponde con los momentos de encuentro
familiar y el colegio se relaciona con funciones distintas. Además, no se puede
obviar el hecho de que la imposición de un horario estricto dentro del propio
ámbito familiar no siempre es aplicable a todos los casos. Hay niños que no
pueden seguir con el ritmo si no tienen una imposición externa (como la que se
da del colegio), lo cual traería muchos ratos muertos y por consiguiente, una
gran pérdida de tiempo.
No obstante, a pesar de
los aspectos negativos que he destacado también hay algunas ventajas en esta
forma de educación. Los niños pueden estudiar y formarse en las materias que
quieren (como matemáticas o música), viajar más holgadamente y establecer su
propia rutina, algo que les permitiría madurar más rápido que el resto de niños
escolarizados (aunque como he comentado anteriormente, no me parece el método
educativo más adecuado).