Hace
unas semanas estuve viendo la película “La lengua de las mariposas”, del año
1999, dirigida por José Luis Cuerda, la cual causó una gran fascinación en mí.
Aprovechando la actividad de reflexión nº17, comentaré brevemente mis
impresiones en relación con el mundo educativo.
Independientemente
del contexto político en el que se desarrolla la historia (los meses previos al
estallido de la guerra civil española, marcados por la agitación y las
revueltas militares), considero que el film transmite unos valores que deberían
ser tenidos en cuenta por los educadores. El maestro de la escuela del pueblo,
Don Gregorio, es el claro ejemplo de que una figura autoritaria no es la clave
del éxito educativo. De este modo, decide innovar en cada una de sus propuestas, algunas
de estas criticadas y sorprendentes para el resto de pueblerinos.
Así, otorga el protagonismo a sus alumnos, quienes poco a poco asumen el papel
de descubridores en el proceso de enseñanza. Algunos de los rasgos que
identifican la forma de dar clase del maestro son las salidas fuera del aula
(especialmente para explicar las clases de ciencias naturales) y la cercanía
que establece con todos los estudiantes, reflejada a través de la relación que
entabla con el pequeño Moncho.
Si
nos basamos en la división establecida por Octavi Fullat en su libro Padeia, nos encontramos con que en esta
película conviven tanto la pedagogía activa como la pedagogía libertaria. El
maestro le dice al cura del pueblo cuando este advierte el cambio que está experimentado
el protagonista que “la libertad estimula el espíritu de los hombres fuertes".
Así, según esta premisa, la escuela sería el lugar en el que las personas, por
medio de los conocimientos, pueden alcanzar su ansiada libertad. De hecho, en
el discurso de despedida de don Gregorio del colegio, este apela en numerosas
ocasiones a que el objetivo que ha perseguido a lo largo de sus años docentes
ha sido el de formar ciudadanos libres y capaces de ejercer el espíritu
crítico.
Por
otra parte, también hay ciertas dosis de pedagogía activa, pues los alumnos son
los verdaderos protagonistas de las clases. Son ellos mismos los que realizan
la lectura de los dictados al resto de compañeros y quienes comparten sus opiniones
en función de la materia en la que se encuentran.
Como
conclusión, considero que la película es especialmente simbólica en lo que al
tema educativo se refiere, pues refleja un método de enseñanza que para la
época en la que se sitúa podía ser muy novedoso. A pesar de la desolación que
acompaña a la escena final, creo que “La lengua de las mariposas” es muy
recomendable para todos los amantes de la historia y para aquellos que quieran
pasar un rato agradable de la mano de un personaje tan noble como don Gregorio
y de un niño tan curioso como Moncho.
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